La democracia como sistema político de gobierno, se ha consolidado en el mundo desde fines del siglo XX. Hoy en día –al menos en occidente – son muy pocos los que cuestionan  la profecía de Abraham Lincoln  de que:“el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra”. Pero está frase, puede ser sólo poesía sino sabemos llenarla de contenido.

La democracia no debe ni puede limitarse al simple ejercicio de emitir un sufragio cada cierta cantidad de tiempo, de hecho cada vez es menos la gente que vota, no solo en Chile, sino en el mundo.La desconfianza, el recelo, la desidia, el conformismo han trasformado la fiesta democrática en algo inocuo, un trámite desagradable que – al parecer de muchos- no cambia ni para bien ni para mal, el estado de las cosas.

Puestos en este sombrío escenario de una masa autoexcluida, taciturna, con una misma tristeza y desengaño, es el momento de invitar, convocar y seducir a que ejerzan sus derechos mediante una política y estrategia de participación ciudadana, efectiva, coherente y moderna.Las herramientas están; la ley 20.500 sobre Participación Ciudadana en la Gestión Pública, el Instructivo Presidencial Nº 007 que señaló los lineamientos generales para la implementación efectiva de los compromisos del Programa de Gobierno en materia de participación e inclusión, entre otras medidas y proyectos.

Existe normativa y sobre todo compromiso efectivo de los órganos del Estado, para traspasar cada día más poder decisorio y vinculante a una sociedad civil que exige más transparencia, más información, mayor incidencia y en definitiva más y mejor participación. Participar es trasformar, es la frase o Hashtag que resumía la cuenta pública de participación ciudadana en la gestión pública, que recientemente dio a conocer el ministro Secretario General de Gobierno Marcelo Díaz. Un discurso que no se queda en meras palabras de buena crianza o en simbólicos actos proselitistas, sino que se hace cuerpo en todos los órganos del Estado, para abrir las puertas a un verdadero e irrenunciable proceso, que llevará “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, al sitial que le corresponde.

Ignacio Lledó Oteiza

Subdirector

División de Organizaciones Sociales